Ya no tiene margen de error, se le han acabado las oportunidades. O salda la deuda de once millones que tiene con los jugadores antes del próximo 31 de julio o el Deportivo de la Coruña descenderá con toda probabilidad a la Segunda División B. Así de oscuro es el futuro que tiene el club gallego ante sí. Claro que no todo acaba ahí, y es que si en un corto plazo de tiempo no rebaja el déficit de 156 millones de euros, la entidad que preside Augusto César Lendoiro se verá abocada a la desaparición.
De la misma forma, que la Asociación de Futbolistas Profesionales (AFE) está presionando al conjunto que hace no mucho disfrutaba tardes de gloria para que abandone el estado de morosidad en el que se encuentra. No obstante, no parece que haya una solución mágica al alcance. Más bien todo lo contrario. Como ejemplo de ello sirva que el Deportivo recibirá sólo tres millones de euros por los derechos televisivos la próxima temporada, en contrapartida con los 18 que ingresó la campaña anterior.
Así, las distintas peñas que componen la masa social del conjunto Gallego ya se han puesto manos a la obra para echar una mano en lo que sea posible. Para ello piden que “haya transparencia“. Habrá que ver, por lo tanto, si Lendoiro está dispuesto a tirar de la manta aunque ésta acabe arrastrándole a él.
